Una forzada sonrisa, que en nostalgias se sumergía;
mientras una interminable agonía su alma exprimía
recordándose cada día del dolor que siempre abatía
hundiéndose en un abismo de llantos y albricias.
Ojos humedecidos de tantas lágrimas sin medidas,
forman una gris simetría de olvido y melancolía
que en el ayer se escondían y en el presente recorrían,
insistiendo en que la evocación jamás moriría.
Mente confundida, por la soledad de todos los días,
por la falacia que es la vida, por que nadie oye la agonizante sinfonía
de la muerte en vida, que los sentidos paraliza
y los sentimientos sumerge en una interminable agonía.