Ése es mi mal, Soñar.
La poesía es la camisa férrea de mil puntas cruentas
que llevo sobre el alma.
Las espinas sangrientas
dejan caer las gotas de mi melancolía.
Y así voy, ciego y loco, por este mundo amargo;
a veces me parece que el camino es muy largo,
y a veces que es muy corto...
Y en este titubeo de aliento y agonía,
cargo lleno de penas lo que apenas soporto.
¿No oyes caer las gotas de mi melancolía?
Poema de Rubén Darío